Se nota que ya ha pasado el campamento y que estamos ya todos en nuestros hogares, de vacaciones o no, pero entre mimos familiares. Por eso el blog tiene menos visitas que cuando estábamos en el campamento, porque los papis y mamis ya os tienen en casa, lógicamente.
Por otra parte, también el blog tiene publicaciones más separadas en el tiempo que antes. Y es que el funcionamiento normal de un blog prevé una entrada semanal, lo que durante el campamento no era posible porque si no los padres y madres nos habrían freído a llamadas todos los días para saber cómo estaban sus retoños, algo comprensible, la verdad. Por otro lado, una también está de vacaciones y no tiene acceso a internet todos los días...
No es nuestra intención olvidarnos de este blog porque eso sería como olvidarse de todo lo vivido en La Cabrera este verano o sería como negar que nos hemos convertido en una gran familia. Hemos conseguido sonrisas de donde no las había o pensábamos que no habría. Hemos conseguido conectar con personas completamente diferentes a nosotros. Hemos compartido risas, ideas, experiencias, sentados todos a una mesa de convivencia. Nos hemos nutrido y enriquecido del de al lado. Pero no sólo nos hemos alimentado de lo que el otro tenía para darnos, no. Los cocineros del campamento nos han tratado como reyes y reinas. Se han preocupado porque nunca faltase comida en el plato. Desde el desayuno a la cena, no ha habido lugar para el hambre. Es posible que a alguien no le haya gustado algún plato. Es comprensible y normal, porque no todos tenemos los mismos gustos, pero siempre ha habido una alternativa.
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Por eso, nuestro agradecimiento a los cocinetis, MARIAN, TOÑO y DOLORES por su empeño y dedicación, por cuidarnos como nos han cuidado, por su preocupación por que todo saliera bien, por su sonrisa en todo momento y su alegría. Tienen una forma de darte de la bienvenida como si fueras la persona más especial del mundo. Otra mención especial para CHITI y los PAPÁS de Jordi, por su ayuda desinteresada, por haber estado con nosotros y habernos tratado como a nadie. Con personas así, da gusto estar.
Y por supuesto, no nos podemos olvidar de nuestro querido JORDI. Sobran las palabras. Gracias.
Quizás me estoy poniendo un poco ñoña, puede ser... Pero os echo de menos, a todos, incluido al hombre de blanco!! ¡Cuántas anécdotas!
¡Hasta la próxima entrada!